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La administración Biden se enfrenta a la creciente presión de los estados para que les permita importar medicamentos de Canadá con el fin de reducir los costos de los fármacos con receta.

Colorado se convirtió, el 5 de diciembre, nexium side effects neck pain en el cuarto estado que solicita permiso federal para utilizar esta estrategia, tras Florida, New Hampshire y Nuevo México.

El Presidente Joe Biden ha respaldado este enfoque, pero su Administración aún no ha dado luz verde a ningún plan estatal.

“Los estados han hecho el trabajo, y lo único que les impide seguir adelante es la administración Biden”, dijo Jane Horvath, una consultora de política sanitaria que ha trabajado con los estados en temas de importación.

El secretario de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, declaró a KHN el 5 de diciembre que la administración Biden acogía con satisfacción las solicitudes de programas de importación de medicamentos de Colorado y otros estados. Pero no se comprometió a asegurar que la FDA se pronunciaría sobre el tema en 2023.

Cuando se le preguntó cuál era su mensaje a los estados, dijo: “Inscríbanse, presenten una solicitud, lo consideraremos y veremos si son capaces de superar el proceso”.

En Estados Unidos se pagan unos de los precios más altos del mundo por los productos farmacéuticos de marca. Los medicamentos son generalmente menos caros en el vecino Canadá, donde el gobierno controla los precios.

Bajo la presidencia de Donald Trump, el gobierno de Estados Unidos declaró que la importación de medicamentos de Canadá podría hacerse de manera segura, satisfaciendo una condición detallada en la ley federal de importación de medicamentos de 2003. La administración Trump estableció las reglas en septiembre de 2020 para que los estados las aplicaran.

Durante su campaña para la Casa Blanca, Biden manifestó que permitiría a los consumidores importar medicamentos recetados de otros países si el gobierno federal certificaba que esos medicamentos eran seguros.

Después de que Biden asumiera el cargo en 2021, ordenó a la FDA que trabajara con los estados para importar medicamentos recetados de Canadá. En un discurso, el año pasado, sobre cómo iba a reducir los precios de los medicamentos, citó estimaciones de Colorado sobre la cantidad de dinero que los consumidores se ahorrarían con la importación.

A pesar de las muestras públicas de apoyo de la administración, los primeros solicitantes se han sentido frustrados por la inacción de la FDA.

En agosto, casi dos años después de presentar su propuesta de fármacos, Florida demandó al gobierno federal, acusando a la administración Biden de ralentizar su revisión. El gobierno federal negó la acusación. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, posible aspirante republicano a la presidencia en 2024, ha liderado la iniciativa de su estado.

En noviembre, unos tres meses después de que Florida presentara la demanda, la FDA le envió una carta de 15 páginas en la que le pedía que solucionara docenas de deficiencias en su plan. En la carta se preguntaba al estado si deseaba retirar su solicitud y presentar otra.

En un documento judicial en diciembre, Florida afirmó que “alegar de repente tantos supuestos defectos” en su propuesta era otra “táctica dilatoria” del gobierno.

El portavoz del Departamento de Salud y Servicios Humanos de New Hampshire, Jake Leon, dijo que la propuesta de New Hampshire fue rechazada porque no identificaba a un mayorista canadiense que suministrara los medicamentos. Y contó que la FDA le comunicó al estado que podía volver a presentar su solicitud cuando encontrara uno.

Nuevo México sigue en conversaciones con la FDA, expresó David Morgan, portavoz del Departamento de Salud del estado.

Otros estados han manifestado su interés en la importación, pero aún no han solicitado la aprobación federal.

La industria farmacéutica, recelosa de que un programa de importación organizado por el gobierno pueda mermar sus beneficios, se opone a la estrategia y ha argumentado que eludiría los controles que mantienen la seguridad de los medicamentos en Estados Unidos.

Pharmaceutical Research and Manufacturers of America, el grupo de presión de la industria farmacéutica conocido como PhRMA, demandó al gobierno federal en 2020 para bloquear la importación de medicamentos. Esa demanda sigue pendiente. El gobierno de Biden ha argumentado en los tribunales que la demanda no es válida porque no está claro cuándo, si es que alguna vez, el gobierno aprobaría el plan de importación de un estado.

Muchos medicamentos de marca que se venden en Estados Unidos ya se fabrican en el extranjero. Además, millones de estadounidenses han comprado medicamentos a precios más bajos en Canadá y en el exterior a través de farmacias en línea y visitando otros países.

Funcionarios de Colorado dijeron que su propuesta tiene como objetivo ahorrar a los residentes y los empleadores un promedio de 65% del costo de docenas de medicamentos, incluidos los medicamentos para la diabetes, el asma y el cáncer.

Kim Bimestefer, director ejecutivo del Departamento de Política Sanitaria y Financiación de Colorado, declaró a KHN que el estado quiere alterar el actual sistema de precios de los medicamentos en el que los fabricantes pueden cobrar tanto como el mercado lo permita. Según Bimestefer, la FDA comunicó a los funcionarios estatales que la agencia tardaría seis meses en revisar su propuesta.

El plan propuesto por Colorado recurriría a un mayorista de Ontario (Canadá) para enviar los medicamentos, a través de la frontera de Buffalo (Nueva York), a un importador con sede en Boise (Idaho). Los fármacos serían analizados por un laboratorio de Ohio antes de ser enviados a las farmacias de Colorado y, posteriormente, vendidos a residentes y empresarios.

Colorado añadirá más controles de seguridad a los medicamentos traídos de Canadá que los que se aplican a los fármacos vendidos en Estados Unidos, señaló Bimestefer. “Confiamos plenamente en su calidad y estamos seguros del ahorro”, añadió refiriéndose a los medicamentos canadienses.

La solicitud de Colorado señaló que la estrategia de importación del estado se enfrenta no solo a la resistencia de los fabricantes de medicamentos, sino también a las preocupaciones de las farmacias y del gobierno canadiense.

Los funcionarios canadienses se han opuesto a los planes de importación de Estados Unidos porque temen que se pueda provocar escasez de medicamentos en Canadá. Sin embargo, Bimestefer indicó que Colorado solo los importaría si existe un amplio suministro para ambos países.

El Colorado Business Group on Health, que incluye a grandes empresas, está totalmente a favor de la importación, pero es consciente de que la administración Biden está bajo la presión de grupos que se benefician del statu quo, declaró Robert Smith, director ejecutivo de la coalición. Calificó de “cortina de humo” la preocupación por la seguridad de los pacientes.

“Lo que sabemos de la sanidad es que se rige por intereses económicos”, concluyó.

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